For the next few months, we are sharing writing that happened in fundraising workshops, Write Around the World. This is one way we are celebrating the AWA-certified workshop leaders & writers who joined together to raise money in support of AWA. Thank you to those who shared their voices in each workshop and especially to those who have offered their words to be shared in this space. If you’re inspired by our work and would like to be part of the fundraiser, please donate!
Writing (and illustrations) from Antonieta Gimeno’s workshop held at La Sombra del Sabino literary restaurant in Tepoztlan, Morelos, Mexico:
Te lo digo de corazón
“Cuando no hay nada, yo vengo a ofrecer mi corazón”, son palabras realmente espectaculares y una de las mejores cosas. Saber que tienes a alguien que siempre estará ahí, en las buenas, cuando la hoja está completamente llena de dibujos maravillosos, y en las malas, donde sabes que lo que te había dicho no era una mentira, que lo decía de corazón. Es esa clase de persona que lo único que quiere es hacerte sonreír y la que te dice que el nada no existe, ¡porque siempre hay algo! , la que está para ti, porque siempre será así, aquella que llena de dibujos bellos esa hoja blanca, que es la vida.
Esa persona dirá que habrá algo maravilloso esperándote y es completamente seguro que si se lo permites se esforzara por que tengas buenos momentos.
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An Unpleasant Odor
About thirty years ago a friend of mine just returned from a most interesting workshop. It was about earliest sexual memory.
She wanted to practice what she learned on me. She led me in a meditation that brought me back to the baby carriage. Mom used to transport me all over in that carriage.
Often one of Mom’s friends would approach me, sticking her face into the carriage to get a good look. She’d comment on how cute I was. These experiences left me suffocated by the intruder’s strong chemical perfume. Since I was pre-verbal, I had no words to complain with. Even if I did, it probably would have done me no good. I was too young to matter. I just laid in my carriage and suffered.
Now, I do not appreciate chemical perfumes. I’m not chemically sensitive, as some of my friends are, but I do find these odors offensive and an intrusion. A few years ago, I visited a chemically sensitive couple in Santa Fe. Since I was coming from Mexico, where the women who take in clothes to launder, use very smelly, harsh detergents, I had to wash everything six times. They could still detect odors. Ever since then, I do my wash myself.
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El olor del Huele de Noche, ha sido un aroma que me ha dejado huella, pues demuestra que los sentidos están conectados con las imágenes y recuerdos de nuestro cerebro.
Huele de Noche (Cestrum nocturnum L. Solanaceae en latin) es un arbusto que mide hasta 4m de altura. Sus hojas son tan anchas en la punta como en el centro. Los ramilletes de flores están en la parte terminal de la planta, cada flor es alargada asemejando tubos de color verde amarillento o verde pálido. Los frutos son más o menos redondos y verdes a negros. La planta florea en solo algunas temporadas, ofrece unas flores apenas perceptibles y solo de noche comparte su aroma extasiante, penetrante, sutil, efímero.
Originaria de México y el Caribe, habita en climas cálido, semicálido, semiseco y templado, desde el nivel del mar hasta los 2300m. Se cultiva en huertos familiares, asociada a cultivos de café, bosques tropicales caducifolio, subperennifolio y perennifolio, matorral xerófilo y bosque mixto de pino-encino.
Al olerlo vienen a mi inmediatamente escenas, visiones de recuerdos infantiles, se me manifiestan lugares y personas que en algún momento, compartieron conmigo este impacto sensitivo que la naturaleza nos regala.
Cuando sus flores me comparten su aroma veo el rancho de Querétaro, esos pasillos comidos por la humedad, que llevaban a jardines secretos donde el Huele de Noche ocupaba grandes extensiones, los fragantes helechos de verde fosforescente y pudiera hasta saborear las deliciosas comidas de doña Juanita y escuchar el canto de los cientos de pájaros que habitaban en una de las paredes del comedor dentro de esa enorme jaula.
Abro la vista y siento esa libertad que solo cuando uno es niño se siente, esa soltura; entonces veo sus caballerizas, los majestuosos y ordenados campos de vid, el manantial, las cuevas plagadas de murciélagos, los toros pastando al ritmo del sol, los corrales de pollos, los pirulos danzando al compás del viento.
Y solo con el aroma de esta sutil y majestuosa planta, siento libertad, felicidad. Gracias
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El Oceano en Mi Alma
Alemania tan lejos, pero adentro de mi,
mi cuerpo caminando por mi querido México.
Es el océano, este gran río, separando mis dos hogares,
es el océano, separando mi corazón y mi alma
es el océano, separando mis pies y mi alma,
el océano en mi alma.
Con un pie aún caminando en mi país que me dio la luz de la vida,
con otro pie en mi nuevo país que está iluminando mi alma de tantas formas.
El océano en mi alma se convierte mas grande cada vez,
este océano rasgándome en partes.
El día llegará en que mi alma y mis pies caminarán juntos.
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La criatura dentro de mi
Le pregunte a la criatura dentro de mí, ¿qué es este rio que quieres cruzar? Fue cuando decidí comenzar a escribir. Sabía que el camino no iba hacer fácil y que tendría que construir un gran puente de una buena escritura para no caer. No iba ser fácil estampar mis palabras en las páginas en blanco que se convertirían en mis propias historias. Un millón de pensamientos e ideas tengo dentro de mi cabeza. Pero parecen que están enjauladas como un pájaro espantado tratando de liberarse.
Cada vez que intento escribir, una cascada de lágrimas baja por mis mejillas y caen en mis escritos formando un inmenso rio salvaje que arrastra mis letras borrando todo. Y no lloraba por no saber cómo empezar a escribir, no. Lloraba porque comencé a escribir mis propios recuerdos. Cada vez que la punta de mi lápiz recorría el renglón de mi página era como un cincel haciendo un agujero en mi corazón. Terminar de esculpir cada palabra era una tarea difícil. Mi mano comenzaba a dolerme. Cada vez se hacía más doloroso escribir cada uno de mis recuerdos. Al final del día, terminaba cansado y llorando.
Escribir me desahoga, me libera el alma. He descubierto que dependiendo de la historia que escriba, me afecta de diferentes maneras. Algunas veces me hace llorar, reír y algunas otras me llenan de miedo. También he sentido tristeza y dolor.
Cada día que pasa mi escritura va mejorando. A veces mi corazón se acelera y se cuartea con cada pensamiento que escribo, pero siempre que termino una historia se vuelve a componer y se llena de felicidad.
También me gusta inventar historias. Acostarme bajo la lluvia e imaginarme las cosas que podrían pasar como caerme un rayo, o que salga de mi cuerpo un arcoíris. Imaginarme volando y viajar por todo el universo.
Hoy la criatura dentro de mí, sigue haciéndose muchas preguntas: como, cuando, porque, en donde, a qué hora. Porque de estas preguntas me sale una buena historia.
Creo que ya voy cruzando la mitad del puente y espero un día llegar al otro lado con una buena historia que contar.
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